Nunca imaginamos tener que resguardarnos en nuestras casas durante más de 100 días y contando, repitiéndonos ”pronto va a pasar esto y volveremos a nuestra amada rutina.”

Pero es un hecho, que al salir nos enfrentaremos a un mundo muy diferente al que dejamos afuera. Como en una película de Ciencia ficción, dentro de nuestra burbuja, las empresas y las personas nos daremos cuenta de que el trabajo en línea si es posible.

Lo natural ahora, es comprar en línea, pagar servicios, adquirir alimentos y medicinas desde nuestro refugio. La libertad de viajar se percibe como un lejano recuerdo y no imaginamos en corto plazo abordar un avión y hospedarnos en un airb&b.

Este aislamiento representa la crisis de nuestra generación. Una nueva realidad que nos impone distintas reglas.

Ofrecerá oportunidades para todos aquellos que sean capaces de verlas y oscuridad para quienes vivan añorando el pasado.

Nos hemos convertido en aire y desde nuestros dispositivos, podemos materializarnos como personas y empresas proyectando nuestra esencia y habilidades.